viernes, 14 de enero de 2011

El hogar, ¿Cómo ganar a los padres para Cristo?

Pablo, al escribirle a Timoteo, le aconsejó lo que sigue: “Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza… Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren” (1 Timoteo 4:12-16).

Aunque este consejo se dio hace cerca de 2.000 años, es todavía para los jóvenes que hayan recibido a Cristo y estén profundamente preocupados por el bienestar espiritual de sus padres.

Recientemente, un pastor dijo que cuando un adolescente se convierte y desea aprender a dar testimonio, le aconseja que se vaya a casa, recoja su habitación, haga su cama, preste atención a sus padres, sonría, escuche a otras personas y que espere hasta que sus padres le pregunten qué le ha sucedido, antes de decirles que Cristo ha cambiado su vida.

Nota: Los adolescentes cristianos no son los únicos que tienen padres no saldos. Algunos adultos cristianos tienen también padres inconversos y algunos de ellos están ya envejeciendo.

Billy Graham, ofrece este consejo: “Ante todo, le aconsejo que tenga paciencia con sus padres. Querrán estar seguros de que su experiencia con Cristo no es sólo un capricho pasajero. En segundo lugar, permítale a Cristo poseerle de tal modo que puedan ver una diferencia en usted. En tercer lugar, ore por ellos. Puede parecerle que no le escuchan; pero oyen mucho más de lo que cree. Esto no sucederá en una semana, un mes o, incluso, un año; pero el Espíritu de Dios está activo siempre. Recuerde que la Biblia dice: “No nos cansemos, pues, de hacer el bien, porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos” (Gálatas 6:9)

Estrategia de asesoramiento:

1. 1. Felicite al joven que busque consejos para dar testimonio de Cristo. Estará dando pruebas de un interés espiritual por encima del promedio.

2. 2. Luego de leer lo que está arriba escrito, haga hincapié en lo que sigue:

A. En las Escrituras (1 Timoteo 4:12-16), la palabra clave es el ejemplo. En el hogar, esto se demuestra, sobre todo, mediante el respeto, la obediencia, y los actos de amor y bondad. Recuerden el antiguo refrán: “Lo que haces habla tan fuerte que no puedo oír lo que dices”.

B. Asegúrense de ser congruentes en su vida cristiana, sin estar entusiasmados un día y abatidos al siguiente.

3. 3. Anímenle para que preste una gran atención al desarrollo de su propia vida espiritual, leyendo y estudiando la palabra de Dios, mediante la oración (puede poner los nombres de sus padres para encabezar su lista de peticiones), siendo un buen estudiante en la escuela, y participando en actividades cristianas con otros jóvenes.

4. 4. Aconséjenle que ore pacientemente, pidiendo oportunidades para dar testimonio del Señor. Esto lo podrá hacer personalmente o invitando a su familia a algún servicio cristiano especial o a la iglesia.

5. 5. Oren con el joven para que el consejo que dio Pablo a Timoteo se haga realidad en su propia vida. Lo anterior puede no parecerle muy emocionante; pero la experiencia ha demostrado que es el mejor camino que seguir, si no el único.

Citas bíblicas:

Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza… Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos. Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren” (1 Timoteo 4:12-16).

“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego; con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses 4:6-7)

Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra”. (Hechos 1:8).

“Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes” (Efesios 6:13).

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