jueves, 18 de diciembre de 2008

Maltrato de niños

El maltrato de niños es una gran tragedia en Estados Unidos”, señaló un comentarista de la televisión. Los niños víctimas de la violencia en el hogar se encuentran en todos los grupos socioeconómicos, culturales, raciales y de edades. Los patrones de violencia se transmiten a menudo dentro de la familia: ¡los golpeados se convierten en golpeadores! Los malos tratos se clasifican en tres categorías: verbales, físicos, sexuales. Cualquiera de esos tipos de abusos puede ser tan devastador en la vida de un niño que es posible que nunca se recupere del daño sufrido.

Los malos tratos verbales pueden ser tan degradantes y humillantes para el niño, que puede llegar a convencerse de que cualquier castigo físico que siga a los insultos es merecido. El padre vociferante, que con frecuencia utiliza en sus amonestaciones las maldiciones y el lenguaje soez, además de sus humillaciones constantes, tales como: “Nunca haces nada bien”, “Deja de actuar como un niño”, “Deberías parecerte más a fulano”, etc., priva al niño de su propia estima, le crea problemas de identificación, y puede llegar a deprimirlo hasta el punto de transformarlo en un incapacitado emocional.

Si se añade a esto el castigo corporal, se le estará negando al niño el desarrollo emocional apropiado que da como resultado un adulto normal y responsable. Al niño maltratado le resulta muy sencillo entregarse a las drogas, el alcohol o las conductas sexuales desviadas.

Esos niños se sienten con frecuencia deprimidos, obtienen males calificaciones en la escuela, se comportan mal y son delincuentes. Con frecuencia son mentirosos, hacen trampas y violan los derechos de los demás. Suponiendo que la violencia es una respuesta conductual normal, recurre a ella para resolver problemas en la escuela, con sus coetáneos y familiares. A menudo será suicida y pensará en matar a sus padres. Un gran porcentaje de la población de las prisiones es producto de la violencia dentro de la familia.

Las respuestas emocionales adecuadas son casi imposibles en esos niños; pero una actitud amable y cariñosa puede hacer que, cuando menos, se abran puertas hacia el encuentro de alguna solución.

Estrategia de Asesoramiento:

1. Sean sensibles, pacientes y cuidadosos en su modo de tratar a estas personas. Es posible que estén hablando con un niño que es incapaz de comprender en el nivel emocional.
2. Refuercen sus motivos para llamarles:
Díganle:
Nos alegramos de que llamaras.
Estamos aquí para servirte.
Dios te ama y también nosotros.
Eres especial para el Señor y para nosotros.
Dios sabe lo que estás soportando y te ayudará.
3. Pregúntenle qué piensa sobre sí mismo.
Cuando le hablen de malos tratos que puede estar recibiendo de su padre, su madre o algún hermano mayor, traten de descubrir cuáles son sus sentimientos reales respecto a los castigos constantes. Esa persona puede estar convencida de que se merece los castigos físicos que ha estado recibiendo.
4. Asegúrenle que no es necesariamente malo.
En muchas ocasiones, los padres no se dan cuenta de que están siendo abusivos. No necesitan necesariamente un motivo para castigar a sus hijos. El sesenta por ciento de los padres abusivos fueron ellos maltratados durante su infancia.
5. Díganle que Jesús le ama enormemente.
Jesús murió en la cruz por él y es el único que está preparando un reino especial para los niños (“Porque de los tales es el reino de los cielos” Mateo 19:14)
6. Pregúntenle si ha recibido alguna vez a Jesús como su Salvador. Si no lo ha hecho, háblele de las Cuatro Leyes Espirituales.
7. Pregúntenle si tiene una Biblia y anímenle para que comience a leerla.
8. Pregúntenle si asiste a la iglesia. Anímelo para que hable con el pastor sobre todo lo que le está sucediendo; aunque le resulte embarazoso. El pastor debe estar al tanto de los malos tratos para poder ayudar. Es poco probable que el padre abusivo cambie de modo de actuar, a menos que se le obligue a enfrentarse a las implicaciones legales de su conducta. De ahí la necesidad de que el pastor esté informado. Podrá hablar con los padres, tomar disposiciones para proporcionarles asesoramiento, o bien, en caso necesario, ponerse en contacto con las autoridades competentes.
9. Oren con el niño, para darle ánimo.

Citas Bíblicas:

“Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis” (Mateo 19:14)

“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28)

“Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros” (1 Pedro 5:7)

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