jueves, 18 de diciembre de 2008

El Matrimonio (¿Cómo conquistar al esposo o esposa para Cristo?)

En cierta ocasión, Jesús asombró a Sus discípulos con una paradoja. “No penséis que he venido para traer paz a la tierra; no he venido para traer paz, sino espada. Porque he venido para poner disensión al hombre contra su padre, a la hija contra su madre, y a la nuera contra su suegra; y los enemigos del hombre serán los de su casa” (Mateo 10:34-36)

En ninguna situación es más evidente el costo del discipulado que en un matrimonio en el que uno de los cónyuges es cristiano y el otro no. En esas condiciones, la vida se complica muchas veces, porque los intereses, las actividades y las metas son diferentes. La conversión a Cristo de uno de los cónyuges debe tener la mayor prioridad; pero se debe tener cuidado extremo en lo que se refiere a los métodos seguidos para tratar de alcanzar ese objetivo. Muchos matrimonios terminan en divorcio debido a la insensibilidad y el celo excesivo del cónyuge cristiano que trata de dar el mensaje del Señor.

Estrategia de asesoramiento:
1. Feliciten a su interlocutor por su deseo de compartir la experiencia más hermosa de su vida con alguien que le es tan cercano. Sin embargo, esa persona deberá estar consciente de que se incluye la “espada” en la cita bíblica anterior.
2. Aconséjenle que no trate de comportarse como si fuera Dios. No le será posible forzar a su cónyuge a aceptar a Cristo, ni podrá hacerlo uno de los esposos por el otro. Quienes tratan de tomar esas cosas en sus propias manos pueden encaminarse hacia el desastre.
3. Aconséjenle que no insista demasiado y que mantenga una actitud de humildad, en lugar de emitir juicios duros. En este caso, la actitud es extremadamente importante.
4. Aconséjenle al cristiano que trate de alcanzar la madurez espiritual personal, mediante la lectura y el estudio de la palabra de Dios, que aprenda a orar y que practique todo esto con fidelidad. La oración tiene un gran valor. Confíen su cónyuge al Señor y, por fe, pidan su conversión. Sería conveniente que ni siquiera revelaran el objeto de sus oraciones. Confíen en Dios. El Señor resuelve todas las cosas de un modo maravilloso.
5. El ejemplo es muy poderoso. Permitan que el cónyuge vea a Jesús en las actitudes y los actos de su esposo o esposa.
Hagan que el amor se desborde. El verdadero amor no se puede fingir. Pablo dice: “El amor es sufrido, es benigno. El amor nunca deja de ser” (1 Corintios 13:4,8) Traten de demostrar que “Dios derramó su amor en nuestros corazones…” (Romanos 5:5)
6. No traten nunca de salir adelante mediante disputas o sermones. Esto producirá con frecuencia antagonismo y profunda resistencia. El Apóstol Pablo recomienda la coexistencia pacífica. Véase 1 Corintios 7:12-15.

Nota: Billy Graham se ocupó de este tema. “El Apóstol Pedro dijo algo a este respecto: ‘Asimismo, vosotras mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabras por la conducta de sus esposas’ (1 Pedro 3:1). No se trata de ninguna manera de una tarea sencilla; pero son ustedes y no sus maridos, quienes tienen la responsabilidad de darles ánimos para que tomen su propia decisión. Esto no se puede hacer mediante asedios ni sermones, sino por medio de la manifestación de un espíritu de mansedumbre y sumisión que no hayan visto todavía en ustedes. Tanto si el cristiano es el marido como si lo es la esposa, siempre deberá esperar y aceptar ciertas burlas o incluso malos tratos debido a la fe. Simplemente, recuerden esto: nadie está en mejor relación para ganar a otro para Cristo que un cónyuge que lo será para toda la vida”.

7. No insistan en que su cónyuge asista a la iglesia o a servicios cristianos especiales, a menos que aparezca tener disposición para ello. Una alternativa a la iglesia sería el presentarle a amigos cristianos en ocasiones sociales. El esposo o la esposa deberá ver la diferencia en su vida. Ya llegará el momento oportuno para presentarle a Cristo.
8. Oren con su interlocutor para tener percepción, sabiduría y paciencia para esperar el momento oportuno, poniendo en práctica todo lo indicado antes.

Citas Bíblicas

“Asimismo, vosotras mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, considerando vuestra conducta casta y respetuosa. Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios
(1 Pedro 3:1-4)

“Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada” (Santiago 1:5)

“Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía” (Santiago 3:17)

“Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses 4:6-7)

Maltrato de niños

El maltrato de niños es una gran tragedia en Estados Unidos”, señaló un comentarista de la televisión. Los niños víctimas de la violencia en el hogar se encuentran en todos los grupos socioeconómicos, culturales, raciales y de edades. Los patrones de violencia se transmiten a menudo dentro de la familia: ¡los golpeados se convierten en golpeadores! Los malos tratos se clasifican en tres categorías: verbales, físicos, sexuales. Cualquiera de esos tipos de abusos puede ser tan devastador en la vida de un niño que es posible que nunca se recupere del daño sufrido.

Los malos tratos verbales pueden ser tan degradantes y humillantes para el niño, que puede llegar a convencerse de que cualquier castigo físico que siga a los insultos es merecido. El padre vociferante, que con frecuencia utiliza en sus amonestaciones las maldiciones y el lenguaje soez, además de sus humillaciones constantes, tales como: “Nunca haces nada bien”, “Deja de actuar como un niño”, “Deberías parecerte más a fulano”, etc., priva al niño de su propia estima, le crea problemas de identificación, y puede llegar a deprimirlo hasta el punto de transformarlo en un incapacitado emocional.

Si se añade a esto el castigo corporal, se le estará negando al niño el desarrollo emocional apropiado que da como resultado un adulto normal y responsable. Al niño maltratado le resulta muy sencillo entregarse a las drogas, el alcohol o las conductas sexuales desviadas.

Esos niños se sienten con frecuencia deprimidos, obtienen males calificaciones en la escuela, se comportan mal y son delincuentes. Con frecuencia son mentirosos, hacen trampas y violan los derechos de los demás. Suponiendo que la violencia es una respuesta conductual normal, recurre a ella para resolver problemas en la escuela, con sus coetáneos y familiares. A menudo será suicida y pensará en matar a sus padres. Un gran porcentaje de la población de las prisiones es producto de la violencia dentro de la familia.

Las respuestas emocionales adecuadas son casi imposibles en esos niños; pero una actitud amable y cariñosa puede hacer que, cuando menos, se abran puertas hacia el encuentro de alguna solución.

Estrategia de Asesoramiento:

1. Sean sensibles, pacientes y cuidadosos en su modo de tratar a estas personas. Es posible que estén hablando con un niño que es incapaz de comprender en el nivel emocional.
2. Refuercen sus motivos para llamarles:
Díganle:
Nos alegramos de que llamaras.
Estamos aquí para servirte.
Dios te ama y también nosotros.
Eres especial para el Señor y para nosotros.
Dios sabe lo que estás soportando y te ayudará.
3. Pregúntenle qué piensa sobre sí mismo.
Cuando le hablen de malos tratos que puede estar recibiendo de su padre, su madre o algún hermano mayor, traten de descubrir cuáles son sus sentimientos reales respecto a los castigos constantes. Esa persona puede estar convencida de que se merece los castigos físicos que ha estado recibiendo.
4. Asegúrenle que no es necesariamente malo.
En muchas ocasiones, los padres no se dan cuenta de que están siendo abusivos. No necesitan necesariamente un motivo para castigar a sus hijos. El sesenta por ciento de los padres abusivos fueron ellos maltratados durante su infancia.
5. Díganle que Jesús le ama enormemente.
Jesús murió en la cruz por él y es el único que está preparando un reino especial para los niños (“Porque de los tales es el reino de los cielos” Mateo 19:14)
6. Pregúntenle si ha recibido alguna vez a Jesús como su Salvador. Si no lo ha hecho, háblele de las Cuatro Leyes Espirituales.
7. Pregúntenle si tiene una Biblia y anímenle para que comience a leerla.
8. Pregúntenle si asiste a la iglesia. Anímelo para que hable con el pastor sobre todo lo que le está sucediendo; aunque le resulte embarazoso. El pastor debe estar al tanto de los malos tratos para poder ayudar. Es poco probable que el padre abusivo cambie de modo de actuar, a menos que se le obligue a enfrentarse a las implicaciones legales de su conducta. De ahí la necesidad de que el pastor esté informado. Podrá hablar con los padres, tomar disposiciones para proporcionarles asesoramiento, o bien, en caso necesario, ponerse en contacto con las autoridades competentes.
9. Oren con el niño, para darle ánimo.

Citas Bíblicas:

“Jesús dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis” (Mateo 19:14)

“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28)

“Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros” (1 Pedro 5:7)

La Salvación de los Niños

A medida que los niños van aprendiendo cosas sobre Jesús, Su vida, muerte y resurrección, van descubriendo cómo responder al amor de Dios. Su salvación es muy deseable, ya que Jesús dijo: “Dejad a los niños venid a mí, y no se lo impidáis, porque de los tales es el reino de Dios” (Marcos 10:14) En otra ocasión declaró: “De cierto os digo que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos” (Mateo 18:13) Un niño está listo para entregarse a Cristo tan pronto como entienda el significado del pecado y que Jesús es el Salvador de los pecadores.

Nota: Billy Graham comentó: “El entregarse a Cristo es el acto más importante que se puede realizar en la vida. Puede ser el principio de una experiencia nueva y maravillosa… En el evangelio de Juan 10:10, leemos sobre la ocasión en que Jesús dijo: “Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”. Dios desea que su vida sea feliz y útil”.

Estrategia de Asesoramiento:

Le pueden explicar al niño, de la manera más sencilla posible, el camino de la salvación. Usen la Biblia, pero procuren que el niño entienda la importancia de cada versículo de las Escrituras, conforme se desarrolla el plan de Dios. Si creen que el niño entiende con claridad, anímenle a orar y a pedirle a Dios que le perdone y que entre a su corazón como su Salvador. El siguiente bosquejo les ayudará en esta tarea.

1. ¿Qué plan tiene Dios para ti? (Paz y vida)
Este es el mundo de Dios, porque El lo hizo, al igual que te hizo a ti. Dios quiere que tengas paz y felicidad. En el primer capítulo de la Biblia se nos dice: “Y vio Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera” (Génesis 1:31). Sin embargo, cuando leemos sobre los problemas que afectan al mundo –la infelicidad, la maldad- comprendemos que algo echó a perder el mundo de Dios.
2. ¿Qué es lo que ha generado esta situación? (El pecado)
En lugar de vivir nuestra vida para agradar a Dios, nos hemos dedicado a agradarnos a nosotros mismo. “Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros” (Isaías 53:6). Esto es lo que la Biblia llama pecado. El pecado es nuestra insistencia en proseguir nuestro camino egoísta en lugar de seguir el de Dios. La Biblia afirma que: “Todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23)
3. ¿Cómo resuelve Dios el problema de nuestro pecado? (La cruz de Jesús)
Cuando Jesús, el Hijo de Dios, murió en la cruz, llevó sobre sí mismo el castigo del pecado que nosotros merecíamos. Alcanzamos el perdón por medio de Su muerte. “Porque de tal manera amó Dios al mundo que dio a Su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna” (Juan 3:16)
4. Entonces, ¿qué debemos hacer para agradar a Dios? (Abrir nuestros corazones y recibir a Jesús)
Si estás dispuesto a pedirle a Dios que te perdone tus pecados y a recibir a Cristo como tu Salvador, entrarás a formar parte de la familia de Dios. “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en Su Nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12).
5. ¿Quieres que oremos juntos? Si verdaderamente quieres recibir a Cristo, te voy a pedir que repitas conmigo las siguientes palabras:
“Dios amado, dijiste que he pecado y necesito perdón. Me arrepiento por haber buscado sólo agradarme a mí mismo, en lugar de complacerte a Ti. En este mismo momento recibo a Cristo como mi Señor y Salvador, Amén”.
6. Animen al niño para que:
A. Lea su Biblia todos los días.
B. Aprenda a orar a Jesús cada día.
C. Trate de ser amoroso con sus padres y las personas que le rodean, y de ayudarles en todo lo posible.
D. Vaya a la iglesia cada domingo.

Citas Bíblicas:


“He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él, y él conmigo” (Apocalipsis 3:20)

“Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros. Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad” (1 Juan 1:8-9)

“Porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo” (Romanos 10:13)

domingo, 7 de diciembre de 2008

La Obediencia

Cada cristiano tiene la responsabilidad de averiguar cuál es la voluntad de Dios para él y hacerla.
Con frecuencia nos resulta más fácil hacer algo diferente a la voluntad del Señor, desviándonos así de lo esencial y substituyéndolo con una actividad frenética. Sin embargo “el obedecer es mejor que el sacrificio” (1 Samuel 15:22) “Mi comida es que haga la voluntad del que me envío, y que acabe su obra”, dijo Jesús (Juan 4:34)

Nota: Billy Graham dijo: “Sólo mediante una vida de obediencia a la voz del Espíritu, el negarse diariamente uno mismo, la consagración total a Cristo y la comunión constante con el Señor, podemos llevar una vida piadosa y llena de influencia en el mundo pecador que nos rodea”.

El primer paso hacia la obediencia es comprometernos a obedecer a Dios. Josué dijo: “Ahora, pues, temed a Jehová, y servidle con integridad… pero yo y mi casa, serviremos a Jehová” (Josué 24:14-15). Una decisión consciente de obedecer lleva al sometimiento, al principio de la obediencia. “Os ruego que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo… a Dios, que es vuestro culto racional” (Romanos 12:1)

La segunda etapa es la disciplina, porque la obediencia es progresiva y conduce al crecimiento, al vivir bajo la luz que hemos recibido. Se trata de un proceso de aprendizaje. Jesús “por lo que padeció aprendió la obediencia” (Hebreos 5:8)

Conforme maduramos en Cristo y el conocimiento de Su palabra, Dios espera de nosotros una obediencia cada vez más profunda. Al entender las nuevas exigencias, debemos responder de modo inmediato e irrevocable, con el fin de que el Señor pueda revelarnos niveles todavía más profundos de Su voluntad para nuestra vida. Quiere que estemos siempre “llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo” (2 Corintios 10:5)

Estrategia de Asesoramiento:

1. Una prsona que hace preguntas sobre la voluntad de Dios para su vida y la obediencia a la voluntad del Senor es un cristiano que madura y está interesado en andar más estrechamente con Dios. Felicítenle por su deseo y asegúrenle que Dios está dispuesto a hacerle llegar tan lejos como lo permita su disposición para obedecer a Dios en todo.

2. Dediquen tiempo a escuchar sus preocupaciones y deseos. Quizá sea útil que se refieran a alguno de los aspectos que se desarrollan en los antecedentes, con el fin de darle más ánimos y una buena guía.

3. Inviten a su interlocutor a que se arrepienta de cualquier desobediencia o titubeo. Sólo podemos aspirar a una consagración más profunda si confesamos todos nuestros pecados conocidos.

4. Anímenle a que profundice en la Biblia. No hay atajos en la vida de obediencia. Nuestra mente debe estar siempre dispuesta a descubrir la voluntad del señor. El seguír la disciplina progresiva que se revela mediante la palabra de Dios llevará aparejado el vivir en obediencia al Señor. Debemos tener “hambre y sed de justicia” (Mateo 5:6)

5. Oren con esa persona para que se realice su deseo de obedecer a Dios.

6. Anímenle para que cultive la comunión con cristianos espirituales, en una iglesia en la que se enseñe la Biblia y donde podrá aprender más sobre la voluntad y los caminos de Dios.

Citas Bíblicas:

“Si me amáis, guardad mis mandamientos… El que tiene mis mandamientos y los guarda, ese es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él” (Juan 14:15,21)

“Pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él” (1 Juan 2:5)

“Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctima, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros” (1 Samuel 15:22)

“He aquí yo pongo hoy delante de vosotros la bendición y la maldición: la bendición, si oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios, que yo os prescribo hoy, y la maldición, si no oyereis los mandamientos de Jehová vuestro Dios y os apartareis del camino que yo os ordeno hoy, para ir en pos de dioses ajenos que no habéis conocido” (Deuteronomio 11:26-28)

“¿Por qué me llamáis Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?” (Lucas 6:46)

1 Pedro 2:13-16.