martes, 4 de agosto de 2009

Las dudas

Las dudas pueden debilitar. Los titubeos y la inseguridad son característicos de las personas que dudan. Santiago dice que el hombre “de doble ánimo” es “inestable en todos sus caminos. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor” (Santiago 1:7).

Sin embargo, no es raro que incluso los cristianos tengan dudas. Puede preguntarse, “¿Es verdadera la Biblia?”, al escuchar alguna persona criticar la Palabra de Dios. Lleno de confusión por alguna petición no concedida, puede preguntarse: “¿Es Dios real?” “¿Responde verdaderamente a las oraciones?” Al enfrentarse a la realidad de sus propios deseos pecaminosos, puede interrogarse: “¿Me ha salvado Dios realmente?”

Nota: Billy Graham escribió: “Probablemente todos hemos tenido dudas e incertidumbres algunas veces en nuestra vida cristiana. Cuando Moisés ascendió al Monte Sinaí para recibir las tablas de la Ley de manos de Dios, y al estar mucho tiempo fuera de la vista de su pueblo que esperaba ansiosamente su regreso, dudaron de que volviera. Y se construyeron un becerro de oro (Éxodo 32:8). Su apostasía se debió a sus dudas y su incertidumbre”.

A pesar de la tendencia a dudar, podemos recibir aliento porque las dudas sinceras conducen con frecuencia a una fe sólida y una entrega firme al Señor.

Por supuesto, lo contrario de las dudas es la fe. Santiago exhortaba a los que estaban teniendo pruebas que “le pidieran a Dios” y que lo hicieran “con fe” (Santiago 1:5,6). Debemos recodar que las dudas pueden ser un instrumento muy eficaz de Satanás. Hizo que Eva dudara, diciendo: “¡Con que Dios ha dicho!” (Génesis 3:1). Nos llenará de dudas en los puntos en que seamos más vulnerables. La desobediencia espiritual, las decepciones, la depresión, las enfermedades e incluso los temores de la ancianidad pueden fomentar dudas.

Estrategia de asesoramiento:

Para quienes duden de su salvación:

1. Feliciten a su interlocutor por su preocupación respecto a sus dudas. La Palabra de Dios ofrece verdadero aliento a los inseguros.

2. Si se dan cuenta de que esa persona ha estado confiando en algo que no sea su relación personal con Jesucristo, explíquenle las Cuatro Leyes Espirituales.

3. Si se convencen de que se ha entregado ya antes a Jesucristo con toda sinceridad, pregúntenle:

A. ¿Está siendo desobediente? Hagan hincapié en 1 Juan 1:9.

B. ¿Se ha mostrado indiferente a las cosas espirituales, descuidando la asistencia a la iglesia, la lectura de la Biblia y la oración? Háblele sobre La Restauración, que está en este blog. Hagan hincapié en 1 Juan 1:9 y Romanos 12:1,2.

C. Anímenlo para que si afirme en la fe, confiando en Dios (Hechos 27:25). Recomiéndenle que adopte una posición firme por Cristo, a que estudie la Palabra de Dios, aprenda la disciplina de la oración y a que sirva a Cristo en la Iglesia.

D. Oren con esa persona para que pueda tener una relación con Dios basada en una fe firme.

Para los que se hayan desilusionado debido a las decepciones:

Pueden tener dudas respecto a Dios debido a un divorcio, una muerte en la familia, un hijo o una hija rebelde, las oraciones que no reciben respuesta o la traición de otro cristiano.

1. Denle ánimos. Dios nos ama y nos cuida. El Señor desea que esa persona ande con El llena de fe.

2. Ayúdenle a identificar las causas de sus dudas, haciendo hincapié en que no es malo preguntarse por qué en la vida.

3. Recuérdenle que Dios nunca nos prometió que estaríamos libres de adversidades en nuestras vidas. Es posible que esa persona tenga que apartar un poco sus ojos de sí misma y sus dificultades, con el fin de regresar a Dios. Es posible que deba discernir, por encima de las circunstancias directas de su vida, lo que Dios trata de enseñarle mediante esas experiencias.

El Señor es fiel. El hecho de que las dudas echen raíces en nuestra mente no quiere decir que Dios haya dejado de cuidarnos.

4. Deberá reflexionar en la bondad de Dios que ha experimentado en el pasado, recordando ejemplos de la fidelidad del Señor en su propia vida y en las de otras personas. Esto le ayudará a tener firmeza.

Se debe llevar a cabo una renovación de su fe. Animen a su interlocutor a que comience a confiar otra vez en las promesas de Dios. Debe saturar su vida con las Escrituras y creer lo que dice Dios. Jesús señaló: “Bienaventurados los que no vieron, y creyeron” (Juan 20:29).

5. Oren con esa persona pidiendo su renovación, animándole a que le confiese sus dudas a Dios y le ruegue que le dé una fe dinámica.

6. Recomiéndenle que sea fiel en su adoración con el pueblo del Señor. El cultivar relaciones con otros cristianos será muy útil. El participar en el servicio a Cristo en la iglesia, reforzará sus resoluciones y hará que su entrega al Señor se haga más firme y profunda.

C Cómo darles seguridad sobre la salvación a los ancianos:

DeDebido a numerosos cambios que acompañan a la entrada en años, los ancianos necesitan a veces recibir confirmación de su salvación y su relación eterna con Dios. Ayúdenles a recordar:

1. Que deben confiar absolutamente en Jesucristo como su Señor y Salvador. “Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí” (Juan 14:6). “Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro” (Romanos 8:38-39)

2. Que deben confiar sin titubeos en su relación con el Padre celestial “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios” (Juan 1:12) “Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser, pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es” (1 Juan 3:2)

3. Que confíen sin dudar en la Palabra de Dios. “Para siempre, oh Jehová, permanece tu palabra en los cielos. De generación en generación es tu fidelidad” (Salmo 119:89,90) “Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones” (2 Pedro 1:19)

Citas Bíblicas:

Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor. El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos” (Santiago 1:5-8)

“Jesús le dijo: porque me has visto, Tomás creíste; bienaventurados los que no vieron y creyeron” (Juan 20:29)

“Dice el necio en su corazón: No hay Dios” (Salmo 14:1)

“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan” (Hebreos 11:6)

“Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios” (Hebreos 12:1,2)

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