lunes, 13 de octubre de 2008

El Cielo

El cielo es un lugar preparado para el ueblo redimido (Juan 14:1-6) Tal y como el infierno es la morada de todos los que viven y mueren en sus pecados, el cielo es la residencia definitiva para los redimidos por la sangre de Cristo y regenerados por el Espíritu Santo. No es "una isla hermosa en alguna parte", sino un lugar conocido y permanente. Las Escrituras no indican dónde se encuentra; pero se dice que es:
El lugar donde habita Dios: "Cuando oren en este lugar, también tú lo oirás en el lugar de tu morada, en los cielos; escucha y perdona" (1 Reyes 8:30)
La ciudad de Dios: "Sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo" (Hebreos 12:22)
La casa de Mi Padre: "En la casa de mi Padre muchas moradas hay" (Juan 14:2)
Donde está Cristo en la presencia de Dios: "Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios" (Hebreos 9:24)
La morada de los ángeles y los santos: "Mirad que no menosprecéis a uno de estos pequeños, porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos" (Mateo: 18:10). "Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador que se arrepiente" (Lucas: 15:10). "Dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz" (Colosenses 1:12)
El cristiano entrará a ese lugar bendito en el momento de su muerte: "Pero confiamos y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor" (2 Corintios 5:8)
Los que estén todavía vivos cuando venga el Señor, serán llevados a Su encuentro en los aires y permanecerán con Él para siempre. "Luego, nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor" (1 Tesalonicenses 4:17)
El cielo es un "estado" de amor y reposo perfectos: Está totalmente separado de las impurezas y las imperfecciones de la tierra, sus decepciones y modificaciones. El cielo es un lugar de adoración, alabanza y servicio, donde los redimidos serán liberados para siempre de toda pecaminosidad por el Señor, que será nuestro gozo infinito.
"No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero" (Apocalipsis 21:27, véase también Apocalipsis 5:9-13)
"Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es" (1 Juan 3:2)
"He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados, en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados" (1 Corintios 15:51-52)
Reconoceremos a nuestros seres queridos que murieron en Cristo y tendremos comunión con los grandes santos de la Biblia: "Y he aquí, les aparecieron Moisés y Elías hablando con él. Entonces Pedro dijo a Jesús: Señor, bueno es para nosotros que estemos aquí; si quieres, hagamos aquí tres enramadas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías" (Mateo 17:3-4)
La plenitud y la gloria del cuelo son indescriptibles: "Mas hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria... Como está escrito: Cosas que ojo no vio ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le amán" (1 Corintios 2:7-9)
Nota: Billy Graham comentó: "El cielo será un lugar en el que sus moradores estarán libres de los temores y las incertidumbres que nos acosan en la vida presente. No habrá allá crisis de energía... Estaremos libres de las presiones económicas y financieras que nos agobian, y de los temores a sufrir daños personales y físicos... No habrá temor al fracaso personal... Nuestra relación con el Señor será íntima y directa. Estoy ansiando que llegue ese día glorioso en el que iré al cielo".
Estrategia de asesoramiento
1. Para el cristiano que desee recibir la seguridad del cuelo y la vida futura, compartan con él todo lo antes mencionado. Quizás haya perdido a algún ser querido. Sean sensibles al Espíritu Santo y estén llenos de simpatía cuando traten de darle ánimos y consuelo a esa persona. "Por tanto alentaos los unos a los otros con estas palabras" (1 Tesalonicenses 4:18)
Asegúrense de que su interlocutor sea cristiano y que está listo para ir al cielo. Háblele acerca de las Cuatro leyes espirituales.
2. Para el no cristiano que les haga preguntas sobre los acontecimientos del futuro y el cielo, explíquenle lo aquí expuesto.
Citas Bíblicas
"Enjugará Dios toda lágrima de los ojos de ellos; y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni clamor, ni dolor, porque las primeras cosas pasaron" (Apocalípsis 21:4)
"Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. Mas si el vivir en la carne resulta para mí en beneficio de la obra, no sé entonces qué escoger. Porque de ambas cosas estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor" (Filipenses 1:21-23)


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