martes, 14 de octubre de 2008

El divorcio después de varios años de matrimonio

Es muy difícil describir el sentimiento de horros, dolor, asombro, vacío, ira, rechazo, aislamiento y pérdida de estimación propia de alguien abandonado o divorciado al cabo de muchos años de matrimonio. La persona se pregunta:

¿Es posible que algo así me esté sucediendo a mí? ¿Qué hubiera podido hacer diferente? Y la pregunta más importante es: ¿qué debo hacer ahora?

A pesar del trauma, se le debe ayudar a esa persona a que entienda que la vida sigue adelante. El hecho del divorcio se debe aceptar. Su interlocutor es ahora un soltero y debe afrontar su futuro como tal. Es inútil el seguir recurriendo al pasado, reviviéndolo. La realidad no cambiará debido a preguntas autotorturantes. Es muy posible que, de todos modos, no pudiera hacer absolutamente nada para salvar su matrimonio.

Una persona emocionalmente sana seguirá adelante y se desarrollará a partir del presente. El apóstol Pablo da el ejemplo: “…olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante…” (Filipenses 3:13). Esa persona deberá considerar que su situación es de transición, como una época apropiada para realizar ajustes, ampliar su personalidad mediante la lectura, la reflexión y el establecimiento o reforzamiento de amistades que le sirvan para desarrollarse y crecer.

Si esa persona necesita asesoramiento profesional durante la transición, deberá buscar un pastor competente, o bien, un psicólogo o psiquiatra cristiano que pueda abordar el problema a la luz de las Escrituras.

Estrategia de asesoramiento:
1. Animen a su interlocutor, rodeándolo de afecto y comprensión. Su dolor, sus sentimientos de vacío y rechazo, pueden ser muy profundos.
2. Traten de saber escuchar, tratando de entender el cuadro completo antes de ofrecer ninguna solución. Algunas veces damos consejos con excesivo apresuramiento, cuando sería mucho más apropiado hacer alguna pregunta para estimular la conversación.
3. Cuando consideren que comprenden bien la situación, animen a esa persona con los versículos bíblicos que aparecen al final de esta sección. Hagan hincapié en que Dios le ama y se preocupa por lo que le está sucediendo. Jesús sabe lo que es la tristeza y la aflicción. “(Fue) Despreciado y desechado entre los hombres” (Isaías 53:3) Pregúntele a su interlocutor si ha recibido alguna vez a Jesucristo como su único Señor y Salvador. Háblele de las Cuatro leyes espirituales.
4. Recomiéndele que lea y estudie la Biblia. Esto le dará a su interlocutor una buena perspectiva y discernimientos adecuados para ajustarse a un nuevo modo de vivir, así como también para que crezca en el Señor.
5. Aconséjenle a esa persona que ore todos los días. “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses 4:6-7)
6. Recomiéndenle que se identifique con una iglesia en la que se enseñen las doctrinas bíblicas. Con frecuencia, se pueden encontrar un grupo de cristianos solteros que proporcionará oportunidades para compartir experiencias, crecer y servir.
7. Oren con su interlocutor, pidiendo la ayuda del Señor en estos momentos difíciles de transición y comienzo de una nueva vida.

Citas Bíblicas
“Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”. (Jeremías 29:11)

“Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos! Cuán grande es la suma de ellos! Si los enumero, se multiplican más que la arena; despierto, y aún estoy contigo” (Salmo 139:17-18)

“Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre”. (Salmo 16:11)

“Porque Jehová el Señor me ayudará, por tanto no me avergoncé; por eso puse mi rostro como un pedernal, y sé que no seré avergonzado”. (Isaías 50:7)

Salmo 16:8
Salmo 18:2

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