En la Biblia se indica que la oración tiene una importancia primordial. Algunos de los pasajes más trascendentes de las Escrituras se ocupan de oraciones que expresan alabanza, adoración, gratitud, confesión o súplica. Los personajes más sobresalientes del pueblo de Dios, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento, se caracterizaban por orar mucho. Todos los avivamientos de la historia tuvieron su origen en la oración. Todo lo que es valioso en el reino de Dios se inicia en la oración y depende de ella.
La Biblia nos invita a orar. “Acerquémonos, pues, confiadamente, al trono de la gracia (Hebreos 4:16)
Las Escrituras nos enseñan a orar: Algunos buenos ejemplos son:
*La oración del Señor (Mateo 6:6-14; Lucas 11:1-13)
*Las oraciones registradas en la Biblia. Un estudio de estas últimas puede ser una experiencia que transforme nuestra vida.
*Hay muchas enseñanzas individuales sobre la oración.
“No uséis vanas repeticiones, como los gentiles” (Mateo 6:7)
“Sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios” (Filipenses 4:6)
“Ora a tu Padre que esté en secreto” (Mateo 6:6
“No recibís, porque no pedía” (Santiago 4:2)
“Pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea cumplido” (Juan 16:24).
“Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos” (Mateo 6:9)
“Pues que hemos de pedir como conviene, no lo sabemos” (Romanos 8:26).
“Pedid todo lo que queráis, y os será hecho” (Juan 15:7)
“Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta” (Filipenses 4:19).
“Necesidad de orar siempre y no desmayar” (Lucas 18:1).
“Velad, pues, en todo tiempo, orando” (Lucas 21:36).
Jesús oró:
Por los suyos (Juan 17)
En Getsemaní (Mateo 26:36-46)
En el monte de la Transfiguración (Lucas 9:28-36)
Desde la cruz (Lucas 23:26-49.
Nota: Billy Graham hace hincapié en la oración: “La Biblia dice: `Orad sin cesar´. Esto quiere decir que debemos estar siempre dispuestos a orar. La oración es como la comunión de un niño con su padre. Puesto que el cristiano ha nacido en la familia de Dios, es natural para él el orar, en la misma forma que lo es para un niño pedirle a su padre las cosas que necesita. Estamos viviendo días peligrosos, y está es quizás la época en que más necesitamos orar. Puesto que se puede lograr más orando que en ninguna otra forma, la oración es nuestra arma principal”.
Estrategia de asesoramiento:
Muchas personas piden oraciones. Debemos estar dispuestos a darles ánimo y a orar con ellas por sus peticiones. Sus oraciones tendrán para ellas un valor mucho mayor de lo que suponemos.
1. Cuando alguien pida oraciones, denle ánimos. Díganle que están encantados de compartir sus preocupaciones, porque Dios las conoce, se ocupa de ellas y ha prometido responder a nuestros ruegos. Díganle que atenderán su petición dentro de un momento; pero que antes les gustaría preguntarle algo.
2. Pregúntenle si ha invitado alguna vez a Jesucristo a entrar a su vida como su Señor y Salvador. Una de las oraciones que son un deleite para el corazón del Señor es la de Lucas 8:13. “Dios, sé propicio a mí, pecador”. Si es apropiado, explíquenle las Cuatro leyes espirituales.
3. Refuercen su fe, citando dos promesas para la oración: “Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis” (Mateo 21:22).
“Si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquier cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos” (Mateo 18:19). Luego, presenten sus peticiones al Señor en oración.
4. Algunas veces, un cristiano se quejará de que Dios parece no querer responderle. Anímenle a que siga orando fielmente, que sea persistente, como la mujer de Lucas 15:5-9. También, recomiéndenle que se asegure de que sus motivos sean puros (véase Santiago 4:3).
Nota: Billy Graham ofrece varias recomendaciones útiles a los cristianos con oraciones sin respuesta:
1. “La oración es para los hijos de Dios”
2. “La oración eficaz se ofrece con fe. La Biblia dice: `Por tanto, os digo que todo lo que pidiéreis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá´(Mateo 11:24)
3. “La oración dinámica surge de un corazón obediente. La Biblia dice: `Y cualquier cosa que pidamos, la recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos, y hacemos las cosas que son agradables delante de él´ (1 Juan 3:22).
4. “Debemos orar en el nombre de Cristo, dijo Jesús: `Y todo lo que pidiéreis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo´ (Juan 14:13) No somos dignos de acercarnos al trono santo de Dios, excepto por mediación de nuestro Salvador Jesucristo”.
5. “Debemos desear la voluntad de Dios. Incluso nuestro Señor, en contra de Su propio deseo del momento, dijo: `Padre mío, si no puede pasar de mí esta copa sin que yo la beba, hágase tu voluntad´(Mateo 26:42)”.
6. “Nuestra oración debe ser para la gloria de Dios. La oración modelo que nos dio Jesús concluye como sigue: `Por tuyo es el reino, el poder y la gloria´. Para que nuestras oraciones tengan respuesta, debemos darle gloria a Dios”.
Aliento para orar:
“Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu padre que ve en lo secreto, te recompensará en público. Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos; porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosotros le pidáis” (Mateo 6:6-8).
“Acerquémonos, pues, confiadamente, al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”. (Hebreos 4:16).
“Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos”. (Efesios 6:18).
Promesas para la oración:
“Y todo lo que pidiéreis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si algo pidiéreis en mi nombre, yo lo haré”. (Juan 14:13-14)
“Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queráis, y os será hecho”. (Juan 15:7)
“En quien tenemos seguridad y acceso con confianza, por medio de la fe en él”. (Efesios 3:12)
“Y yo os digo: Pedid y se os dará, buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá”. (Lucas 11:9-10)
“Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy. Y perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal”. (Mateo 6:9-13)
“Quiero, pues, que lo hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda” (1 Timoteo 2:8)
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